Quizás te suene un poco raro que te hable a la vez de finanzas y amor propio, pero es un tema súper interesante.
Te quiero compartir un secreto: las finanzas personales no son tu enemigo, aunque a veces parezca así. En algún momento yo estuve ahí, tratando de entender cómo hacer para que el dinero no se me fuera en cosas innecesarias y no andar siempre endeudado, pero volvía a caer y para no pasar tragos amargos, tuve que aprender a amenizar mis malos comportamientos financieros, aquellos que se escudan en frases chistosas como “Que no alcance el mes al final del sueldo”, “Me lo merezco” o varios clichés sobre lo poco que dura la plata. Pero mira, con un poco de amor propio y unos trucos bajo la manga, las finanzas pueden ser tus mejores aliadas.
¿Por qué amor propio? Cuando comienzas a entender que lo que buscas es cuidarte a ti mismo, es cuando aparece la primera señal de cómo nos valoramos, y entiendes un poco mejor la importancia de poner tus finanzas en orden, antes que entregarle tu esfuerzo a otros, para sentirte a gusto contigo.
Lo primero que debes hacer es conocerte. ¡Sí! Toma papel y lápiz, y anota todos tus ingresos y gastos. Así podrás saber cuánto te queda después de pagar las cuentas, el arriendo, y esas salidas que no están planificadas. Con eso, sabrás en qué andas y cómo le puedes hacer el quite a esos gastos que no te dejan llegar a fin de mes.
Ahora, ¿qué tal si le damos un poco de emoción al asunto? Define tus valores financieros, esos principios que te guían en la vida. ¿Quieres ahorrar para viajar por el mundo o invertir en tu propio negocio? ¡Ponte metas que te emocionen! Así tendrás la motivación para salir a disfrutar del mundo financiero.
Ah, y hablando de disfrutar ¿qué te parece si celebras cada paso que das hacia tus metas? Sí, ¡como si fuera un golazo de Chile en el mundial! Aplaude cada logro, aunque sea chiquitito. ¡Eso te da energía para seguir avanzando! Ayer pudiste invertir $5.000 pesos en vez de comprarte un café de la sirenita? ¡WOW! (No confundir ser amarrado con tener objetivos claros)
¿Sabes una cosa? En este disfrute financiero, todos podemos aprender de los demás. Seguro tienes a alguien cerca que se maneja bien con la plata. Pídele consejo y escucha lo que tenga que decir (o escucha mi PODCAST «Con peras y finanzas» jaja).
Además, en las redes sociales, hay gente bacán como la Romi Capetillo y la Carolina Molina que la están rompiendo compartiendo sus experiencias sobre finanzas. ¡Aprovéchalo!
Eso sí, cuidado con las trampitas que te tiende el destino. A veces, los gastos impulsivos nos hacen caer en una tanda de deudas. Antes de sacar la tarjeta de crédito, respira hondo y pregúntate si realmente necesitas eso que quieres comprar y analiza sus beneficios vs costos.
Y no te compares con los demás. Cada uno tiene su propia historia financiera. Lo importante es que avances a tu ritmo. A veces, creemos que el vecino la tiene toda clara, pero quién sabe, quizás también está pasando apuros. Fíjate en tus metas y avanza sin mirar para la vereda del lado.
Pero lo más importante, es ámate a ti mismo. Aprende de los errores que cometas, que para eso estamos aquí, para aprender y crecer. Si te caes, te sacudes el polvo y te levantas con la frente en alto, porque cada caída es una oportunidad para ser mejor.
Y con esa misma actitud, vamos a fusionar la educación financiera con el amor propio. Estudia, aprende, busca información, como si fueras a hacer una misión en un juego. El conocimiento + práctica son los mejores amigos para tomar decisiones sabias con la plata.
Una dato importante, no tienes que hacer todo solo. Involucra a tus amigos, familia, pareja, porque cuando todos bailamos al mismo ritmo, es más fácil llegar a la meta. Apóyense y celebren juntos los logros, que la fiesta es para todos.
En resumen, este baile de finanzas personales y amor propio es para disfrutarlo. No te compliques la vida, aprende, diviértete y avanza con pasos pequeños, pero firmes. Con autoconfianza y un poco de educación financiera, ¡puedes bailar al ritmo del dinero sin problemas! ¡Arriba esos ánimos y a darlo todo en esta fiesta que yo llamo educación financiera!
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